Han pasado 81 años de esto y hoy nos encuentra un contexto internacional del Rugby absolutamente distinto.
La inserción de la televisión y sponsors en el desarrollo de la actividad, hace que en la actualidad, las uniones nacionales perciban, una vez finalizado cada mundial, aportes de la IRB de acuerdo a la ubicación que lograron sus equipos durante esa competencia.
Las naciones más importantes de Europa, junto a Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica, tienen competencias con jugadores profesionales con dedicación absoluta a la actividad. Es su decisión.
La nuestra, por las circunstancias o motivos que sean, es preservar este espíritu y muchos, aún hoy, estamos de acuerdo en mantenerlo, aunque hoy, muchos jugadores sueñan con integrar los planteles superiores con la ilusión de convertirse en profesionales con contratos en aquellos países. Esta bien, esta mal, este punto es opinable, pero considero en principio que es muy personal. Lo interesante es que, como los clubes no son DUEÑOS LAS FICHAS DE SUS JUGADORES, los mismos son libres de poder irse al exterior o a otros clubes solicitando su ficha. Es en este punto donde podemos adentrarnos en un punto más profundo de debate: DEBEMOS PROHIBIR QUE LOS CLUBES TENGAN DEPORTES PROFESIONALES, O DEBEMOS REAFIRMAR QUE NO TENGAN JUGADORES PROFESIONALES?.
En este punto, podemos decir que inicialmente, según mi opinión, hay algunos puntos en la Argentina por los cuales se mantiene la decisión inicial:
- Intereses económicos en el deporte: En el rugby, el amateurismo nos permite decir que no hay intereses económicos en el desarrollo de la actividad. Creo que, lo que la dirigencia del rugby entiende, es que los clubes con deportes profesionales intentarían incluir esos intereses en nuestro deporte y es, en este punto, donde no estoy de acuerdo. El hecho de haber sido socio de un importante club de fútbol, haber sido dirigente del mismo en deportes o actividades ajenas al fútbol, me dió la visión por la que concluyo lo siguiente: Los clubes de fútbol, tienen deportes tanto profesionales como amateurs, y mantienen las costumbres correspondientes a cada uno de esos deportes. De esta manera, los ingresos correspondientes al fútbol, son utilizados para el mantenimiento de esa actividad, no de otras. Los deportes amateurs, se sostienen en esos clubes con las cuotas de cada deporte (suelen cobrarse cuotas como deporte federado a estos deportes) y los aportes de los socios que los practican. A lo sumo, incorporarán algún sponsor que ayude a sostener la actividad. En cuanto a los salarios, los únicos que seguramente podrían estar asalariados son los preparadores físicos o entrenadores, claro que esto está autorizado en el rugby. Pueden pensar los dirigentes del fútbol que el rugby les reportará dinero?. La respuesta es más sencilla: los clubes de fútbol reciben por concepto de televisión solamente, decenas de millones de pesos y son dueños de los pases de sus jugadores. Contra eso, el rugby no podrá competir en nuestro país, al menos por los próximos 100 años, creo.
- Intereses deportivos: Los clubes de fútbol, tienen en todos sus deportes las mismas ansias de éxito que cualquier equipo tiene. La diferencia en el filosofía para la formación de los jugadores de fútbol con los de rugby es que, como los futbolistas se preparan para ser profesionales entrenan todos los días y se los forma como atletas. Los rugbiers, en tanto, entrenan 2 o 3 veces por semana. Otra diferencia es que, como hay intereses económicos en el profesionalismo, se suele decir que se los convierte en "jugadores mercancía". En el rugby, el interés es formar jugadores que sean, por sobre todas las cosas, personas que respeten los valores de este deporte. En mi experiencia en dicho club, donde iniciamos la práctica del rugby, hemos llevado todos los valores del mismo a quienes se iniciaban en la práctica y en sus familias. El desempeño de los mismos en el este tema es maravilloso. En cuanto a los resultados deportivos, tal vez no fueron los mejores por una simple cuestión: falta de competencia. No fueron muchos los clubes que aceptaron enfrentarse a estos jóvenes. Sin embargo, los que lo hicieron, quedaron altamente satisfechos con la jornada compartida y, aún hoy, mantienen una relación muy buena. La URBA, aceptó generosamente en sus cursos a varios aspirantes a entrenadores en los cursos que dicta ( todos lograron aprobarlos), dejando en claro que la formación de jugadores estaba bien, pero que no se permitiría el ingreso del club a la competencia. En fin, el debate es largo.
- Intereses culturales: Es de conocimiento público que, a la URBA, no la entusiasma demasiado los excesos del público que concurre a sus partidos. La realidad es que, en la actualidad, los encuentros de rugby, al menos los de los grupos 1 y 2, suelen tener un público tan bullicioso como el del fútbol. Banderas, bombos, trompetas y cantitos son, hoy en día, moneda corriente en esos encuentros. La gran diferencia es que no hay "barrasbravas". Es posible que, si los clubes de fútbol comienzan a jugar rugby, estas "Barras" contaminen el ambiente de estos torneos?. La respuesta, en mi humilde opinión, es que NO. Como es de conocimiento general, las "barras" del fútbol, se mueven por intereses económicos, no por simple "aliento a sus equipos". Considerando que no hay intereses económicos en el rugby, su inserción en este deporte, simplemente NO TIENE SENTIDO.
En los clubes de rugby, un ejemplo de esto es Virreyes. En los clubes de fútbol, el ejemplo es San Lorenzo de Almagro. Ambos utilizan al rugby como medio formativo de deportistas de bien. Uno no tiene deporte profesional, el otro si. ESTA ES LA ÚNICA DIFERENCIA ENTRE ELLOS.
JUGADORES PROFESIONALES, NO; CLUBES CON DEPORTES PROFESIONALES, SI. Esa es tan solo mi opinión en este debate que, algún día, deberán hacer en profundidad quienes rigen los destinos de este deporte en nuestro país.
Muy buen artículo pero me gustaría agregar un par de enfoques.
ResponderEliminarDesde algún costado, sectario y discriminador del mundillo rugby, se desprecia y maltrata a los clubes de fútbol con el argumento de las disciplinas rentadas. Lo que no se habla es sobre el trabajo social de esas instituciones, llegando a sectores muy populares (al que el rugby tradicional no llega).
En el caso del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, institución con 104 años de presencia popular e integradora, encontramos que hay 2600 deportistas de los cuales solo 40 son remunerados. Hay 2560 atletas que sueñan y viven su deporte con los más puros preceptos del amateurismo y por apenas tener el 1,5% con contrato, son discriminados.
La misma proporción se da en la masa de futbolistas federados directa o indirectamente en AFA, donde el 98% son amateurs.
Prácticamente se podría decir que en Argentina el fútbol es amateur, salvo por una pequeña elite. Igual que en el Rugby.
El otro punto, conflictivo pero que existe; es el profesionalismo encubierto en las grandes instituciones y ni hablar de los clubes tradicionales de rugby que tienen otros deportes, distintos al futbol, en forma rentada (hockey).
Pero no quiero meterte en problemas. Buen articulo y si lo permitís, lo voy a compartir.